FICUNAM 2021 – Las Nuevas Miradas Del Cine Mexicano.

El FICUNAM regresa este 2021, pero ahora de manera virtual por las conocidas circunstancias adversas que existen en el mundo para poder realizar ciclos o presentaciones de cine de manera presencial, aun así, como cada año el festival continua con el compromiso de darle una oportunidad a cineastas independientes mexicanos para exponer sus filmes y la audiencia pueda conocer un poco más de su mirada, este año hay una selección muy variada, además de una buena cantidad de películas que podremos disfrutar desde la comodidad de nuestro hogar, sin más preámbulos, he aquí algunas películas que ya tuvimos la oportunidad de ver dentro del marco de la sección «Ahora México» y las impresiones que tengo de ellas.

¿Qué Harás Cuando Dios Muera?  (Hugo Villaseñor Alcázar).

Con una historia sencilla pero interesante que se mueve entre un drama convencional y el cine con tintes experimentales, en el filme vemos las repercusiones en la relación de Ximena y Güero, una pareja joven que decidió grabar una película porno para ganar algo de dinero extra y de paso tener nuevas experiencias que alimenten su relación; todo empieza lento pero de forma contundente, ya que vemos como Ximena y Güero se quieren pero sobre todo, tienen una gran química sexual, después de esta especie de prologo, súbitamente su historia ( y la película) empieza a deambular, como tratando de encontrarse a si misma entre silencios, diálogos cotidianos y los recuerdos de lo que alguna vez sintieron ambos, todo parece indicar que la experiencia los descompone y trastoca, pero a ciencia cierta no sabemos si fue la grabación, la inmadurez o simplemente el tiempo que hizo estragos en el amor y la química que ambos tenían al inicio.

Estéticamente tiene una muy atinada fotografía que juega con varios recursos visuales que son interesantes, como ciertas imágenes o close ups que emulan a la confusa memoria humana, además de la grabación naturalista en forma documental en otras secciones y otras veces más incluso jugar con la animación, por momentos todo esto puede hacerte recordar ciertas escenas de películas más conocidas como Mid 90’s o Blue Valentine, pero también dicha combinación de estilos visuales y narrativos puede ser un poco desconcertante, si le sumamos que el ritmo es lento y que ambos personajes pueden desesperar por sus acciones en pantalla, ¿Qué harás cuando Dios muera? tiene la gracia visual suficiente para acompañar a esta historia juvenil, pero que tiene falta de cohesión en su estructura y poco feeling en la ejecución.

499 (Rodrigo Reyes).

Con una gran mezcla entre ficción y documental, 499, nos cuenta la historia de un conquistador español del siglo XVI que aparece varado en las costas de Veracruz en pleno 2020, justo 499 años después de la caída de México-Tenochtitlan, en el filme lo acompañamos en su viaje siguiendo la ruta de Cortés, en un entorno tan extraño como familiar para él, nos adentramos en el desolador paraje de una realidad en México que se ha construido en casi 500 años y de la cual el mismo poco a poco se cuestiona su papel en la creación de situaciones tan desconcertantes como trágicas, tales como la violencia criminal, los feminicidios, la inmigración ilegal y hasta la destrucción del entorno natural aparecen uno a uno en la vida de este viajero del tiempo, que de manera muy dantesca, parece estar recorriendo el purgatorio hasta poder expiar sus pecados y convertirse en alguien diferente.

Contando con un gran trabajo en el apartado de la fotografía, la cual captura las bellas planicies, horizontes y atardeceres de Ciudad De México, Puebla y Veracruz como también puede mostrarnos las sensaciones de culpa e incredulidad del personaje principal, si le sumamos que la historia aporta la novedad de dotar de humanismo a los conquistadores españoles y como hipotéticamente, en este viaje al averno de la realidad moderna, se sentirían culpables de muchos de sus actos; el mayor logro del filme es que nos invita a reflexionar, incluso hacernos sentirnos mal de lo que vemos a diario y que parece que hemos asumido como algo «normal», cuando esto no debería ser así, sin duda es una road movie metafísica que culmina de forma poco ortodoxa y que su único pecado es quizás lo sosegado de su ritmo.

Ciudad (Carlos F. Rossini, Maya Goded, Julio Hernández Cordón y Nuria Ibáñez).

Este documental intenta unir cuatro miradas distintas como si fueran una sola y adentrarnos en un viaje a los detalles perdidos de una urbe tan monumental, paradójica y surreal como lo es la Ciudad De México, los cuatros directores retratan poéticamente mucho de lo cotidiano que suele pasar desapercibido ante nuestros ojos y dotan de voz, o mejor dicho, de voces a todos esos personajes que están escondidos entre las calles, cerros, avenidas, edificios, autos y casas de esta metrópoli, por lo mismo podemos ver a un equipo dominical de fútbol llanero que a un bicimensajero rodando a toda velocidad, a un grupo de músicos árabes tocando en el transporte publico o a gente bailando en el centro histórico en plena lluvia, entre esta colección de imágenes, hay mini historias fascinantes de seguir y que vemos concluir, aunque hay otras que se cortan abruptamente, a mi parecer, una gran colección de crónicas intimas.

Lo naturalista de como se grabo gran parte del documental es su mayor fortaleza, ya que se siente como un acercamiento sumamente intimo a los «actores involuntarios» que tenemos en pantalla, en algunos casos incluso se requirió de una gran una proeza técnica al grabar y sonorizar, a su vez, otro gran detalle a destacar es la edición, ya que realmente se siente como una sola mirada, la veracidad del concepto de «4 en 1» que proponen es palpable, aunque el mayor problema para mi, es que aunque las imágenes en blanco negro pueden verse bellas ya que tenemos algunos adornos y efectos precisamente desde la sala de edición, pero hay momentos donde esa narración a través de las secuencias se siente seca y sin chiste, sobre todo al inicio, por lo que el filme se siente aletargado y tarda en tomar ritmo e identificarse que no solo es una serie de grabaciones finamente pegadas, sino que hay historias y personajes. Une película hecha para los amantes más clavados de esta ciudad.

Ricochet (Rodrigo Fiallega).

En este filme vemos a Matijn, un hombre sencillo que vive en un pequeño pueblo en Jalisco pasando el tiempo entre los acertijos existenciales de su hija, los trabajos ocasionales con sus vecinos, separado de su esposa y tomándose cervezas con su compadre, mientras él por dentro alberga un gran dolor y furia que no puede contener por más tiempo; con tremendos guiños al México mágico y rural de Juan Rulfo y a la venganza a fuego lento de «El Secreto De Su Ojos» de Campanella, la película tiene principalmente un carácter contemplativo con ciertos toques de suspenso y drama, donde la actuación sobria de Matijn Kuiper, paradójicamente, brilla ante nuestros ojos, especialmente por que lo vemos con diferentes matices o facetas durante lo cotidiano de su vida y su relación con los que quiere, pero sobre todo en su viaje lento y lleno de melancolía hacia la violencia física que lo transforma de forma visceral.

El ambiente rural donde se desarrolla la película es un grandioso punto a favor, no solo por la bella fotografía de lo inhóspito y bello de su cielo o paisajes, sino por que el pueblo parece volverse un personaje más en la historia, lo mismo sirve de escenario que como caldo de cultivo para que el odio de Matijn crezca y sus habitantes le recuerden incesantemente su dolor; el mayor problema es que al inicio la historia no deja del todo claro las pistas de lo que aflige al protagonista, si bien no debe ser totalmente explícito, tampoco son lo suficientemente entendibles, hasta más allá de la mitad del filme realmente hilas las cosas, así que el suspenso es medianamente logrado, por otro lado, el desenlace aunque es muy potente, hay un par de detalles que lo hacen poco creíble; un muy buen filme que aunque batalla en su ritmo y algunas de sus formas, logra retratar muy bien como el odio nos puede transformar violentamente.

Los Plebes (Eduardo Giralt).

En este corto pero potente documental, seguimos a un variado grupo de jóvenes sicarios que vagan por las calles y terrecerías de Culiacan, Sinaloa mientras vemos como lidian con los problemas de su trabajo, sus familias, sus relaciones personales y sus expectativas sobre el futuro, la película se aleja del «glamour» y lo artificial de los retratos hechos en México, E.U.A. o Latinoamérica sobre la vida de los asesinos del narco, al contrario, aquí damos un vistazo a las ansiedades, miedos y el día a día de jóvenes que no tuvieron otra opción más que sumarse a las filas de la delincuencia organizada, es un retrato intimo que intenta humanizar al sicario, ya que incluso muestra las voces de esos hombres que no desean continuar en esta infinita marea de violencia, pobreza y desesperanza, pero que aceptan su destino, casi de forma estoica, por que saben que no hay una salida fácil ya estando dentro de esta espiral en descenso.

Lo mejor del documental reside en la proeza de grabar en su ambiente natural, de lo finamente enlazado de las historias y palabras de los personajes, la música incidental (como en la secuencia inicial con Los Tucanes de Tijuana de fondo) y la creada específicamente para el filme, todo esto ayuda a aumentar las sensaciones y emociones de conocer la vida de estos chicos, por otro lado, los momentos entrañables y hasta inverosímiles del único sicario del que vemos su rostro, son dignos de resaltar ya que es el motor principal que mueve a la película y del cual conocemos más detalles; lo malo, quizás sería tener un final que te deja con más preguntas que respuestas, tan súbito como enigmático, la ráfaga final de imágenes y sonidos te puede dejar especulando el resultado de una crónica con un final (implícitamente) anunciado.

El Compromiso De Las Sombras (Sandra Luz López Barroso).

Otro documental, que en esta ocasión nos da un vistazo a lo místico y poético de las ceremonias fúnebres dentro de una comunidad afrodescendiente en Guerrero, particularmente, seguimos a Liz, una mujer transexual que cuenta con el conocimiento para liderar el camino de los muertos al más allá a través de una mezcla entre cantos paganos, rezos ortodoxos, altares de flores, cruces bendecidas y música estruendosa; con sumo detalle, el filme se enfoca más en el ritual que en las personas que vemos desfilando en pantalla o incluso la persona fallecida, realmente Liz y la forma en la que guía y comanda las acciones del ritual son el personaje principal, mientras los que lo llevan a cabo son solo medios para lograr el cometido final de que un alma llegue en paz y purificada al cielo. Entre bellos fotogramas de la luna, el agua, los arboles y algunos rostros de las personas que salen a cuadro, El Compromiso funciona tanto de retrato antropológico que como reflexión sobre los ritos de los vivos hacia la muerte.

Este filme es recomendable para los amantes del documentalismo más puro, es una historia real con personas reales que cuenta con un trasfondo circular (casi filosófico) entre los ciclos del día y la noche o la vida y la muerte, no es apto para quien decide buscar un documental impactante visualmente o fácil de seguir, ya que la mezcla entre crónica y poesía visual envueltos en un embalaje rural con ritmo pausado puede desconcertar mucho al inicio, si no son de tu agrado los documentales de ritmo lento y contemplativo te diría que te alejaras, pero si por el contrario en el silencio, la reflexión, lo natural y bello de los planos y el concepto de dotar de voz a los personajes escondidos en nuestro país te agradan, aquí veras algo que sin duda alguna te conquistara por completo.

Esta fue una breve opinión y descripción de estas películas hechas por cineastas mexicanos y que tendrás la oportunidad de ver en el marco de la décimo primera edición de FICUNAM 2021, recuerda que todo el contenido y actividades académicas en el festival son gratuitas, así que dales una oportunidad a estos filmes y de paso haznos saber que piensas de estos ¿Te gustaron? ¿Cuál fue tu favorita?.

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